La luz se convirtió en su gracia y habitó
Entre ojos ciegos y sombras con forma de hombres
Mira cómo la luz nos derrite y convierte en canto:
Luz del sol rota lleva como yelmo
La que tiene mi corazón bajo su mando,
Nunca ciervo ni corza en el bosque tuvieron
Tan silenciosa luz; no ha sido hilada gasa alguna
Tan delicada como ella, cuando el sol
Pone en fuga las transparentes esmeraldas de la hierba
Para que a su paso no se quemen con demasiada rapidez.